Tras una trayectoria amateur de primera línea mundial, ha tomado la decisión de dar el salto en junio. Aparca los libros porque se siente preparada para irrumpir en el profesionalismo
"Si no doy este paso, mi carrera se detiene. Jugaba los torneos y ya no sentía lo mismo"
"Me muero de ganas de competir con las mejores del mundo, viajar y pensar solamente en el golf"
Se acerca el punto y final de su brillante carrera como aficionada. Carlota Ciganda dejará los estudios en Arizona State (Estados Unidos) para centrarse única y exclusivamente en el golf. Su DNI refleja que en junio, cuando inicie esta etapa, tendrá 21 años. Sin perder de vista la sencillez de aquella niña que revolucionó el golf amateur, la joven de Larraintzar es ahora mismo toda una mujer con las ideas claras.
¿Por qué se pasa a profesionales?
Es el momento. Creo que puedo hacerlo y tengo la oportunidad. Si sigo jugando así, podré vivir de ello. Sé que tengo que entrenar muchísimo y trabajar. Hay que estar bien en todo, en la parte mental, física y técnica. Si no, no hay nada que hacer. Esto es deporte y es muy complicado. Sé que tendré que estar mucho tiempo fuera de casa, viajando, mucho tiempo sola... Es muy sacrificado.
¿Cuándo tomó la decisión?
Después del verano. Estaba jugando los torneos y ya no sentía lo mismo. No es que no estuviera motivada, pero sentía que necesitaba dar un paso más en mi carrera.
¿Se estaba estancando?
Sí. Si no doy este paso, mi carrera se detiene. Me siento como que no avanzo. Está muy bien jugar la liga universitaria de Estados Unidos porque aprendes mucho y juegas en campos diferentes, pero llevo así dos años y creo que es suficiente. He aprendido mucho y ya estoy preparada para el siguiente paso.
¿Le duele dejar los estudios?
Siempre me han educado para estudiar. Mis padres llevan toda la razón. Ahora aparcaré la carrera universitaria. Siempre podré retomarla cuando termine el golf o hacerla a distancia. Me quedaría sólo año y medio para terminar. Ahora, mi pensamiento es el golf. Quiero centrarme sólo en el golf.
¿Cuáles son los pasos?
Hasta finales mayo jugaré los torneos con la Universidad y a principios de junio me pasaré a profesional. Mi idea es jugar torneos con invitaciones y luego superar las pruebas del Circuito Americano, en septiembre, y del Circuito Europeo, en diciembre.
¿Le ha costado dejar de ser amateur?
Ha costado mucho, pero es que me siento lista para iniciar una etapa de mi vida centrada sólo en el golf. Ha sido la decisión más difícil de mi vida. Se terminan muchas cosas buenas. En Arizona me tratan bien, al igual que la Federación Española. Estoy muy agradecida a todos, a todos los profesores, entrenadores y compañeros. Todos se han portado fenomenal. Esta decisión es mía.
¿Se siente arropada por su familia?
Mis padres me apoyan en todo. Ellos quieren los mejor para mí y tienen ganas de que yo empiece esta nueva aventura.
Con 20 años, ¿se ve como una aventajada en el plano de la madurez personal?
Llevo viajando mucho tiempo. Desde los 13 años comencé por Europa y en Arizona llevo ya dos. He aprendido y he madurado mucho como persona. Te vas dando cuenta de muchas cosas. Es el momento. Si sigues lo que sientes, no te equivocas. Saldrá bien o mal, pero estoy convencida. Quiero trabajar duro y hacer todo lo que está en mi mano.
Ha tenido que renunciar en varias ocasiones a dinero en torneos de profesionales que ha jugado invitada. Ahora cambia todo.
Siendo amateur ya sabía con antelación que no iba a recibir dinero. No me apenaba. Mi premio era jugar con profesionales.
¿Es una presión jugar para ganar dinero?
Está claro. El golf va a ser mi trabajo. Va a haber más competitividad, la gente va a jugar para ganarse la vida. Habrá más presión, sí. Pero si me centro en jugar a golf como sé hacerlo, puedo hacerlo bien. No creo que haya que pensar demasiado en el dinero aunque inconscientemente lo hagas. Me muero de ganas de dar este paso para competir con las mejores y viajar. Sé que habrá momentos duros, pero también buenos y bonitos. Eso es lo que te anima a seguir trabajando.
A las españolas, y navarras, no les está yendo nada mal.
Mi amiga Azahara Muñoz ha hecho un año impresionante. María Hernández y Beatriz Recari también han jugado muy bien. Eso te anima también a dar el salto. Jugaba con ellas hace unos años y estaba a su altura. Creo que lo puedo hacer tan bien.
¿Se tiene que buscar patrocinadores?
En eso estoy un poco perdida. Hasta ahora viajaba con la Federación o con la Universidad de Arizona, que te pagaban todo. Ahora hay que buscar gente que me ayude. Quiero jugar buenos torneos hasta mayo y así será más fácil encontrar patrocinadores.
Estuvo hasta el 15 de enero en Larraintzar, por Navidad. ¿Contenta por volver?
Si, estás con la familia y con Rogelio, mi profesor. Es el que más motiva y me enseña a jugar a golf. Llevo con él 15 años, desde que comenzó. Siempre aprendo con él.
¿Cambia mucho el profesor en Arizona?
A Rogelio le creo todo lo que me diga. Me conoce muy bien. Cuando voy allí, la técnica es diferente y no me conocen tanto. Al final, si tienes dudas para jugar el golf es lo peor.
¿Qué le ha dicho Rogelio de su decisión?
Ha confiado en mí y cree que lo puedo hacer bien. Está con ganas y motivado para que llegue mayo, sea profesional y me entrene en La Ulzama. Estoy encantada de estar con él.
¿Qué objetivos a largo plazo se marca en el golf? ¿Cree que puede ser una de las mejores del mundo alguna vez?
No es fácil. Hay muchas coreanas muy buenas. Entre las veinte mejores hay trece o quince. Hay que hacer siempre bajo par, menos diez o menos quince. Hacer eso en cuatro días no es fácil. Si sigo entrenando y me dedico desde ya, podría llegar a las veinte primeras. Pero me centro en hacer un buen papel y ganarme la vida en lo que más me gusta. Ser la primera o la tercera del mundo es muy difícil. Hay que sacrificar muchas cosas. Mis objetivos pasan por sacar las tarjetas. Al principio será duro. Es mejor vivir el presente, ser mejor cada día.
¿En quién se fija en el golf?
En Tiger. He leído muchas entrevistas de él y es impresionante lo qué trabaja. Es admirable su mentalidad de ganador y su técnica. De chicas no tengo una referente. Con las coreanas no he jugado nunca. Trabajan mucho desde pequeñas, ni estudian. Han dedicado ocho horas al día y son unas máquinas. Creo que lo bueno es un equilibrio.
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